lunes, 16 de febrero de 2015

Sáb 28: Cine-Club: "Esa pareja feliz"

Librería Muga te invita a la 1ª sesión de nuestro Cine-Club sobre Cine español. Coordinado por Bartolomé Salas

Iniciamos nuestro cine-club, en el que una vez al mes proyectaremos películas clásicas del cine español, más o menos conocidas o reconocidas, con la modesta ambición de encontrarnos gentes de diverso tipo con ganas de disfrutar de buenas películas, hablar sobre ellas, sobre sus historias, sus creadores.

Ojalá nos vayamos juntando cada vez más gente en torno al cine español.
En esta primera sesión proyectaremos la ópera prima de Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem "Esa pareja feliz"

   “Esa pareja feliz” fue la segunda producción de Altamira Films, en la que Bardem dirigía a los actores y Berlanga a los técnicos, y aunque el resultado final fue enteramente satisfactorio, no logró entusiasmar a los miembros de la Junta de Clasificación, por la que sólo consiguió ser clasificada como de segunda categoría, y aunque José María García Escudero, recién llegado a la Dirección General del Cine, lo tomó como cosa personal y logró la clasificación de primera, la película no pudo estrenarse hasta dos años después y en temporada de verano, que como todo el mundo sabe es mucho peor, ya que al cine también se iba a matar el frío, y ”a pelar la pava”.

       Breve resumen: Juan (Fernando Fernán-Gómez), trabajador de unos estudios cinematográficos intenta coger al vuelo una de esas oportunidades que la publicidad y los listos hacen que suenen en sus oídos como música celestial, por eso estudia electrónica por correspondencia, y para mitigar la precariedad en la que vive, entra en el turbio negocio de la venta de colas de película ante la escasez de material que existe en el mercado. Carmen (Elvira Quintillá), su mujer, es una soñadora empedernida que hace suyas las historias de las películas que cada día devora en sesión continua y programa doble, tratando de buscar la misma prosperidad que su marido pero por otra vía, la de la bondad de los concursos radiofónicos.
    Mientras que Juan en su inocencia es engañado por la picaresca de otro multioficios en forma de “extra romano” (Félix Fernández),  Carmen es tocada por la varita de la fortuna y agraciada en el concurso de los jabones “Florit”, siendo nombrada junto a su marido “Pareja feliz”; especie de “Reina por un día” que será paseada y agasajada por comercios, restaurantes y salas de fiesta durante una jornada. En el interior del coche que la compañía pone a su disposición para la celebración conviven la ilusión de Carmen con el escepticismo y la amargura de de Juan, que aprovecha el medio proporcionado para intentar dar caza al granuja que lo ha engañado. Y a salto de mata el día va discurriendo, atenuando sus entusiasmos y pesadumbres y llenándolos de inútiles regalos, que tras una bronca con el cantante de la orquesta y su pertinente paso por la comisaría, terminaran a los pies de los mendigos que pueblan los bancos del bulevar de María de Molina convertidos en dormitorios de emergencia.
 
La película, a pesar de la apuesta de José María Escudero, creó un enmarañado clima de suspicacias, ya que la censura en su miopía histórica no conseguía discernir entre la ironía y la “inquebrantable adhesión”, expresándose por boca del censor Wenceslao Fernández Flórez en los siguientes términos: “Esto huele a cocido”. Motivos tenían, y si se compara con otras películas de la misma época donde fueron severamente castigadas todas las alusiones a la pobreza y a la vivienda, no se entiende cómo pudo superar el trance. Quizá el éxito radicara en que el Estado no se vio responsabilizado de dichas situaciones como ocurriera en “Surcos” o “El inquilino”. Mérito achacable únicamente a la destreza de los realizadores. El reparto es un lujo y denota la confianza que había en unos directores novatos que con dos millones de pesetas hicieron la película: Elvira Quintillá, José Luis Ozores, José María Rodero, Rafael Bardem, Matilde Muñoz Sampedro, el debutante Antonio Garisa, el debutante Rafael Alonso, José Orjas, Lola Gaos, y un “patoso” Fernando Fernán-Gómez que arrasaba en las taquillas tras hacer “Balarrasa” y cuyo prestigio “acojonaba” a los realizadores.

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