Por
Blanca Cia*
Las tres "b" de buena (en este caso programación), bonita y barata son las máximas que se ha impuesto el director de cine Ventura Pons en la reapertura del que fue el cine Texas, del barrio de Gràcia, en Barcelona, que hasta agosto el año pasado, cuando cerró, fue el cine Lauren Gràcia. El nuevo Texas, que inicia la programación mañana, será de películas de reestreno, en versión original y subtituladas en catalán. Los fines de semana tendrán programación infantil. El precio de la entrada fijo: 3 euros todos los días. De lunes a jueves, los mayores de 65 años, menores de 18 y miembros de asociaciones y entidades de Gràcia y algunas de la ciudad tendrán un descuento extra todavía no acabado de determinar.
"Nadie podrá decir que ver cine es caro con estos precios. Serán películas preferentemente europeas y catalanas pero sin dejar de lado las buenas producciones del cine americano o en castellano que nos puedan interesar", explicaba Pons desde la sala Bigas Luna del nuevo Texas. Tiene 540 butacas repartidas en cuatro salas. De la dejadez de la última etapa de los Lauren no queda ni rastro después de una profunda reforma. El renacido Texas ha necesitado una inversión de 350.000 euros para darle media vuelta al vestíbulo, moquetas, butacas y, sobre todo, equiparlo con los sistemas digitales, aunque conserva un equipo de proyección de 35 milímetros.
Pons se ha metido en una nueva aventura de la mano de Ricard Almazan y otros ex empleados de los cines Verdi que conocen bien la exhibición cinematográfica. "Hemos llegado a un acuerdo con las distribuidoras que están muy interesadas en dar una segunda vida a películas que muchas veces están muy poco tiempo en pantalla. Y lo haremos en versión original, como dios manda, y subtitulado en catalán porque es un hueco que nadie toca y porque hay que hacerlo", resumía Pons que cuenta con un equipo de lingüistas y con el compromiso de colaboración de la Generalitat para la subtitulación.
En tiempos de cierre de cines, la apertura de una nueva sala ha despertado entusiasmo en el barrio de Gràcia: "era el cine de siempre, seguro que volveremos", afirmaba una vecina ante la puerta. Pons apuntaba que la opción por el reestreno obedecía a querer jugar limpio y no entrar en competencia con el resto de salas de Barcelona "la mayoría de las cuales tienen una oferta muy parecida". Recuperar películas que igual mucha gente no ha tenido tiempo de ver o, por los precios, no han visto. La cartelera con la que arrancará el jueves incluye, por ejemplo, El abuelo que saltó por la ventana y se largó que ha estado en las pantallas hasta hace muy poco tiempo. Lo que no está todavía claro es el tiempo de exhibición de las películas: "dependerá de la respuesta del público, serán ellos quienes tengan la última palabra", afirmó Pons. Sin embargo, fue terminante en otra cosa: "no habrá máquina de hacer palomitas".
La recuperación del cine Texas ha dependido también, en parte, del interés de los propietarios de que perviviera el cine. De hecho, tras el cierre del Lauren, los primeros "novios" que tuvo el local fueron cadenas de supermercados. "Llegamos a un acuerdo razonable para ambas partes", puntualizaba Almazan. De hecho, el recuperado Texas está en una zona del barrio de Gràcia con una sobrada oferta de supermercados. "Lo que hay que promover es el buen cine", insiste Pons.
* Publicado en el diario "El País"
Las tres "b" de buena (en este caso programación), bonita y barata son las máximas que se ha impuesto el director de cine Ventura Pons en la reapertura del que fue el cine Texas, del barrio de Gràcia, en Barcelona, que hasta agosto el año pasado, cuando cerró, fue el cine Lauren Gràcia. El nuevo Texas, que inicia la programación mañana, será de películas de reestreno, en versión original y subtituladas en catalán. Los fines de semana tendrán programación infantil. El precio de la entrada fijo: 3 euros todos los días. De lunes a jueves, los mayores de 65 años, menores de 18 y miembros de asociaciones y entidades de Gràcia y algunas de la ciudad tendrán un descuento extra todavía no acabado de determinar.
"Nadie podrá decir que ver cine es caro con estos precios. Serán películas preferentemente europeas y catalanas pero sin dejar de lado las buenas producciones del cine americano o en castellano que nos puedan interesar", explicaba Pons desde la sala Bigas Luna del nuevo Texas. Tiene 540 butacas repartidas en cuatro salas. De la dejadez de la última etapa de los Lauren no queda ni rastro después de una profunda reforma. El renacido Texas ha necesitado una inversión de 350.000 euros para darle media vuelta al vestíbulo, moquetas, butacas y, sobre todo, equiparlo con los sistemas digitales, aunque conserva un equipo de proyección de 35 milímetros.
Pons se ha metido en una nueva aventura de la mano de Ricard Almazan y otros ex empleados de los cines Verdi que conocen bien la exhibición cinematográfica. "Hemos llegado a un acuerdo con las distribuidoras que están muy interesadas en dar una segunda vida a películas que muchas veces están muy poco tiempo en pantalla. Y lo haremos en versión original, como dios manda, y subtitulado en catalán porque es un hueco que nadie toca y porque hay que hacerlo", resumía Pons que cuenta con un equipo de lingüistas y con el compromiso de colaboración de la Generalitat para la subtitulación.
En tiempos de cierre de cines, la apertura de una nueva sala ha despertado entusiasmo en el barrio de Gràcia: "era el cine de siempre, seguro que volveremos", afirmaba una vecina ante la puerta. Pons apuntaba que la opción por el reestreno obedecía a querer jugar limpio y no entrar en competencia con el resto de salas de Barcelona "la mayoría de las cuales tienen una oferta muy parecida". Recuperar películas que igual mucha gente no ha tenido tiempo de ver o, por los precios, no han visto. La cartelera con la que arrancará el jueves incluye, por ejemplo, El abuelo que saltó por la ventana y se largó que ha estado en las pantallas hasta hace muy poco tiempo. Lo que no está todavía claro es el tiempo de exhibición de las películas: "dependerá de la respuesta del público, serán ellos quienes tengan la última palabra", afirmó Pons. Sin embargo, fue terminante en otra cosa: "no habrá máquina de hacer palomitas".
La recuperación del cine Texas ha dependido también, en parte, del interés de los propietarios de que perviviera el cine. De hecho, tras el cierre del Lauren, los primeros "novios" que tuvo el local fueron cadenas de supermercados. "Llegamos a un acuerdo razonable para ambas partes", puntualizaba Almazan. De hecho, el recuperado Texas está en una zona del barrio de Gràcia con una sobrada oferta de supermercados. "Lo que hay que promover es el buen cine", insiste Pons.
* Publicado en el diario "El País"
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