En
el año 1969 se comenzó a gestar un libro, que no vería la luz hasta el
año 1977, “Los Topos” un trabajo de Jesús Trobado y de Manuel
Leguineche.
Unas historias que se conocieron en esa época de la llamada “Transacción”.
Un
libro lleno de recopilaciones y relatos de supervivencias de gran valor
en esa larga noche de la dictadura franquista, y nunca mejor dicho,
pues fueron topos en las oscuridades del interior más tupido.
Unos
textos que después de leer, uno sentía la necesidad de poner imágenes a
esas historias que aparte de ser memoria histórica, tenían un aire de
novela negra, algo así como si estuvieran pidiendo a gritos ser el guión
de una película.
Esas imágenes han llegado ahora de la mano de Manuel H. Martín, que ya tiene en su bagaje una buena experiencia de dirección de documentales y cortometrajes.
“El documental navega entre viñetas, pero no es una historia para los amantes del cómic, es una historia universal, angustiosa e intrigante, que sigue una línea narrativa clásica y tiene un lenguaje sencillo y directo que mantiene al espectador en la butaca desde el inicio hasta los créditos”
El
protagonista es Manuel Cortés Quero, conocido como “El topo de Mijas”.
Manuel Cortés fue el último alcalde republicano (PSOE) del Ayuntamiento
de Mijas (Málaga), entre el 3 de marzo de 1936 y el 23 de noviembre de
ese mismo año. Al empezar la Guerra Civil huye de su ciudad, hasta que
regresa una noche de noviembre de 1939 a su casa. Allí estará escondido
hasta el 11 de abril de 1969, cuando en la radio anuncian que el
Gobierno concedía el perdón para los delitos cometidos desde el 18 de
julio de 1936 y el 1 de abril de 1939.
Para
la representación de Manuel Cortes, el director as contado con la
caracterización del actor Juan Diego en los dibujos de animación y en el
doblaje de la voz.
La otra protagonista es la fiel compañera de Manuel Cortes en todos esos años, su mujer, Juliana Montero, personaje bajo el que se ha caracterizado y ha puesto su voz la actriz Ana Fernández.
El documental combina la recreación de animaciones, con entrevistas a familiares de “Topos”, a historiadores, memorialistas y autores de libros como “Los Topos” o “Escondido. El calvario de Manuel Cortes”.
30 años de oscuridad es un documental en forma de cómic, una película de animación o una historia gráfica animada, con cualquier apelativo es sobre todo una historia necesaria.
La película
La otra protagonista es la fiel compañera de Manuel Cortes en todos esos años, su mujer, Juliana Montero, personaje bajo el que se ha caracterizado y ha puesto su voz la actriz Ana Fernández.
El documental combina la recreación de animaciones, con entrevistas a familiares de “Topos”, a historiadores, memorialistas y autores de libros como “Los Topos” o “Escondido. El calvario de Manuel Cortes”.
30 años de oscuridad es un documental en forma de cómic, una película de animación o una historia gráfica animada, con cualquier apelativo es sobre todo una historia necesaria.
La película
30
años de oscuridad no es un documental sobre la Guerra Civil española.
Va más allá. Habla de los años posteriores a la guerra y en este sentido
no se trata de uno de los documentales que se acercan al conflicto
bélico. Lo peor de las guerras no está solamente en las víctimas que
causan, sino en las consecuencias que provocan. Como otros países,
España vivió una etapa de régimen dictatorial que pisoteó los derechos
humanos. Y, mientras ante el mundo se mostraba un país que vivía un
proceso de modernización, en el interior de las casas de los “topos” se
vivía el auténtico drama de la pérdida de la libertad.
Los historiadores nos han dicho que la Guerra Civil española terminó en 1939. Para los “topos” la guerra terminó mucho más tarde, treinta años después, en 1969, cuando un documento publicado en el Boletín Oficial del Estado “perdonaba” los supuestos “crímenes” que habían cometido.
La historia de los llamados “topos” españoles tiene un paralelismo con otros conocidos “encierros” provocados por la represión. La adolescente Anna Frank estuvo escondida junto a su familia durante dos años y medio en Amsterdam; el soldado Soichi Yokoi permaneció 28 años en una caverna sin saber que la II Guerra Mundial ya había acabado; el activista político Nelson Mandela permaneció en prisión durante 27 años, víctima del apartheid; la líder opositora birmana Aung San Sun Kyi fue liberada a finales de 2010 tras pasar 15 años de arresto domiciliario.
La historia de los “topos” sigue siendo actual.
Los historiadores nos han dicho que la Guerra Civil española terminó en 1939. Para los “topos” la guerra terminó mucho más tarde, treinta años después, en 1969, cuando un documento publicado en el Boletín Oficial del Estado “perdonaba” los supuestos “crímenes” que habían cometido.
La historia de los llamados “topos” españoles tiene un paralelismo con otros conocidos “encierros” provocados por la represión. La adolescente Anna Frank estuvo escondida junto a su familia durante dos años y medio en Amsterdam; el soldado Soichi Yokoi permaneció 28 años en una caverna sin saber que la II Guerra Mundial ya había acabado; el activista político Nelson Mandela permaneció en prisión durante 27 años, víctima del apartheid; la líder opositora birmana Aung San Sun Kyi fue liberada a finales de 2010 tras pasar 15 años de arresto domiciliario.
La historia de los “topos” sigue siendo actual.
G@lileo
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